
Las mujeres somos un gran territorio: ¡no nos esterilicéis!
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Muchas mujeres quieren ser madres,
otras priorizan su trabajo,
otras viajan y descubren del mundo…
Cada una busca su propia esencia,
eso me maravilla porque aprendemos
de las experiencias de las mujeres
con y sin discapacidad.
Poner el alma en lo que hacemos
es importante.
¿Por qué tendría que ser diferente
para las mujeres con discapacidad
intelectual y del desarrollo?
También podemos elegir
la vida que queremos tener.
Por ejemplo, decidir si queremos
ser madres o no.
Cada mujer sabrá cual es su momento
y, con el acompañamiento necesario,
será un proceso bello.
Además, podemos aportar
una forma diferente de ver la maternidad.
El modelo de «madre perfecta»
es una idea equivocada
y debemos aceptar formas diversas de ser madre.
Yo soy una mujer que ama,
que escucha con atención,
divertida y cariñosa.
Muchas veces me he preguntado
cómo sería si tuviera la oportunidad de ser madre.
Sería una madre diferente,
con otros valores.
A mis hijos e hijas les diría «te quiero»
muchas veces al día.
También les pondría límites
y les enseñaría con cariño.
Así lo hago con mis sobrinos
y con los niños y niñas con los que trabajo.
Para mí, lo más importante
es que crezcan con seguridad en sí mismos
y sepan expresar sus emociones.
La sociedad tiene muchos miedos.
Pero no queremos que nos enseñen con miedo y frustración
sobre la sexualidad y la maternidad.
Necesitamos información clara y respetuosa
sobre los anticonceptivos, el parto y la crianza.
Así podremos tomar nuestras propias decisiones.
Las mujer somo un gran territorio,
no nos esterilicéis,
no seremos madres perfectas
en este mundo imperfecto,
seremos mujeres que eligen
cómo vivir este reto.
