Cómo mi trabajo cambió mi vida
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Mi nombre es Ricardo Zavala
y vivo en una ciudad del norte de España.
He decidido escribir este artículo
para dar a conocer mi experiencia.
Para mí, trabajar en la Administración era un sueño.
Era una ilusión que tenía desde hacía mucho tiempo.

Había un problema:
Para trabajar en la Administración,
tienes que aprobar un examen que se llama oposición.
Hasta ahora las oposiciones eran mixtas,
podían presentarse cualquier tipo de persona.
Por eso, las personas con discapacidad intelectual
conseguíamos poca puntuación.
Intenté sacar una oposición 2 años
en mi ciudad.

Pero un día, dando vueltas por las redes sociales,
encontré la oferta de plazas reservadas
para personas con discapacidad.
No dudé ni un momento en apuntarme.
Busqué los temarios y estaban todos en lectura fácil.
Desde aquel momento,
me impliqué mucho en aprender cada temario,
en hacer resumenes y sobre todo memorizar
todo lo que tenía que aprender.

Fueron unos meses
en los que pasé muchos nervios y aprendí mucho.
También quiero decir, que pensé en renunciar
en algunos momentos.

El día del examen llegó.
Nos presentamos al examen muchísima gente
de todas las comunidades autónomas.
Fuimos 4 personas de La Rioja.
El examen no me resultó muy complicado.
El examen sí era muy distinto a las otras veces.
Me asustó cómo estaba escrito el examen
pero lo hice con valentía.

Los meses de después
fueron los más complicados.
Tenía la certeza o la seguridad
de que tenía posibilidades
pero no sabía muy bien
qué podía notas tenían el resto de personas.

A los pocos meses,
llegó la noticia de que había conseguido la plaza.
A primeros de año,
comencé lo que iba a ser mi nueva vida.

Desde el primer momento un grupo de ordenanzas
se hizo cargo de mí.
Ellas me explicaron cómo funcionaba todo.
Tuve muchos nervios porque no conocía a nadie
y no sabía cómo funcionaba todo.
Por ello me pusieron una preparadora laboral
que me ayudó durante unas horas al día.

Mis misiones dentro en el trabajo son muy diversas:

  • Reparto y clasifico el correo.
  • Atiendo al público.
  • Salgo a otros edificios.
  • Atiendo las llamadas de teléfono.

Nunca recibí ninguna mala cara, todo lo contrario.
Para muchas personas,
era la primera vez que trataban con una persona como yo
y tenían miedo de cómo hacerlo.
Y esa fue una de las cosas que quise hacer:
explicar cómo deberían tratarme.

Ya ha pasado un año
y tengo muchas anécdotas muy divertidas.
Para mí, esta experiencia ha significado encontrar mi camino
y tener una responsabilidad.
Estoy seguro de que yo estoy haciendo un buen trabajo
y cometo errores como todo el mundo.
Mi vida ha cambiado desde el primer momento.
Tengo más ilusión por hacer más cosas.
Tengo más ilusión por lo que hago.
Ahora más personas me paran por mi ciudad
para preguntarme y comentar cosas sobre mi curro.
Estoy muy contento.
También llevo conmigo una responsabilidad:
si yo hago bien mi trabajo,
otras personas pueden tener oportunidades como la tengo yo.

Quiero decirles a quienes hacen las oposiciones
que sigan haciendo este tipo de exámenes.
Por último, quiero animar
a quienes están pensando presentarse.
No es sencillo, igual no lo consigues, pero inténtalo.

Se me ha ocurrido una idea:
pregúntame o escríbeme tus dudas
en los comentarios a este artículo.

 

Imagen: un grupo de personas hace un examen. La foto es de Frans Peeters.

 

Logo europeo de lectura fácil. Aparece un personaje leyendo un documento y una mano con el dedo índice hacia arribaEste artículo está en lectura fácil y ha sido validado
por un grupo de personas con discapacidad intelectual.
El grupo ha comprobado que el artículo es fácil de entender.

 

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