
Autobús para todos
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Entro en el autobús.
Me siento en los asientos rojos.
Los asientos rojos son para personas ciegas,
personas mayores y embarazadas.
Pero hay que mirar más allá.
Hay que pensar que también hay personas
que tienen dificultades
de movilidad por su discapacidad
aunque no estén en silla de ruedas.
También puede que haya personas
que hayan tenido una operación hace poco.
En este caso, los asientos también son necesarios.
Así estamos todas las personas
en igualdad de oportunidades.
Soy consciente
de que hay pocos asientos
de este tipo.
Ante todo, pido respeto cuando yo
y otras personas usemos este tipo de asientos.
Porque me da la impresión
de que los asientos tienen una etiqueta puesta
que sólo dice: “personas mayores”,
“ciegos” y “mujeres embarazadas”.
Tendría que poner la etiqueta
de “personas con movilidad reducida”.
Esto lo digo porque yo tengo dificultades de movilidad
que apenas se ven en el autobús
porque estoy quieta la mayoría del trayecto.
Pero en las rotondas y en las curvas,
aunque vaya agarrada,
también pierdo estabilidad.
Cuando hay muchas personas
con necesidades de movilidad,
tenemos que pensar en quien tendrá más preferencia
al usar este tipo de asientos.
A veces, la movilidad reducida
que tenemos no se ve a simple vista.
Se nos juzga y se nos critica.
Piensan que les quitamos el asiento.
Me gustaría que este tipo de escenas se suavizaran.
Pensad en que cualquier persona
puede tener dificultades de movilidad
en el transporte público.
Autora: Vanesa Alonso.
Este artículo está en lectura fácil y ha sido validado
por un grupo de personas con discapacidad intelectual.
El grupo ha comprobado que el artículo es fácil de entender.