Cárcel de Estremera

Un joven con discapacidad intelectual cuenta su experiencia en la cárcel
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En Planeta fácil os vamos
a contar la experiencia
de un joven con discapacidad intelectual
o del desarrollo que estuvo en la cárcel.

Daniel Cascajares

Esta joven tiene 34 años.
Estuvo 5 meses
en el hospital psiquiátrico
y 3 semanas en la cárcel de Foncalent,
en Alicante.
Después salió en libertad.

1. ¿Cómo te ayudaron desde el exterior
durante tu estancia en la cárcel?

Cuando entré, mi familia me apoyó
en todo: me ingresaban dinero
para mis cafés, tabaco, llamadas
y picoteo.

Además, solían enviarme ropa
y zapatillas para que fuese
siempre arreglado y aseado.

Los llamaba todos los días
y vinieron a verme
una vez a la semana.

Me alegraba ver a mis padres
y hermanos.

Al principio me dolía no poder
darle un abrazo a mi madre,
verla por el cristal.

Me entraban ganas de romperlo.
Luego, cuando estaba más calmado.
Sus visitas me animaban mucho.

Fuera de la cárcel también
me ha ayudado APSA,
una organización de Valencia.

Me han llamado para ver como estaba,
me han facilitado el informe psicológico,
me están ayudando a buscar empleo
y me dejan ir a las salidas terapéuticas.

2. ¿Fueron accesibles las explicaciones
que te dieron el personal de la prisión?

Cuando entré en la cárcel,
estaba ido y nervioso.
Pensaba que había armas.

Me acuerdo que el ayudante del psiquiatra
me ayudó a ducharme,
me dio ropa y me entregaron
un librito donde explicaba todo
el funcionamiento del psiquiátrico.

Recuerdo entenderlo todo,
porque estaba en un lenguaje fácil.

3. ¿Recibiste alguna formación
en la prisión?

Pues cuando estuve allí,
hice muchas cosas:
realicé talleresde APSA sobre drogas,
habilidades sociales, lectura de periódico
e incluso vimos alguna película.

También me apunté al colegio.
Nunca se me ha dado bien estudiar.
Pude ir los meses que estuve dentro.

4. Antes de salir de la prisión,
¿recibiste algunas reglas del personal?

Me acuerdo de que el psiquiatra
del hospital psiquiátrico
me dijo que me enviaría a la cárcel.

Esto me puso nervioso.

Cuando vi a la psicóloga,
le dije que no quería ir,
que me encontraba bien aquí.

Me explicó que para salir en libertad,
debía al Centro Penitenciario de Fontcalent.

Me dijo que era un trámite judicial.

Recuerdo no entender cuando
me dio la explicación.

En el CP Fontcalent no conocí
a trabajadores sociales o psicólogos.

Me explicó que debía ir a firmar
el primer día del mes y el 15 de cada mes.

Además debía entregar el pasaporte,
que yo no tenía, y que tampoco
me iba a escapar.

5. ¿Cómo fue el trato
de tu abogado o abogada
durante el proceso?

La primera abogada fue de oficio,
recuerdo estar en el calabozo
muy mal, nervioso y con mis alucinaciones.

Le estoy agradecida porque pidió
que me viese un médico forense.

Gracias a ella entré al hospital psiquiátrico .

Con el abogado de pago tuve
un trato genial.

Ffue a visitarme
a la cárcel y me dijo que podía
llamarlo cuando tuviese cualquier duda.

La verdad que me ayudó mucho
y me calmó cuando me agobiaba
pensando en mi situación.

La verdad que sigo todos los consejos
y ahora me encuentro genial.

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