Ana Martínez, una líder del movimiento de la discapacidad español, habló ante Naciones Unidas

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Ana Martínez es una activista
con discapacidad intelectual
que forma parte de la Plataforma Estatal
de Representantes de Personas
con Discapacidad Intelectual
y del Desarrollo.

Ana ha hablado esta semana
en Suiza, en una jornada
organizada para celebrar
el Día internacional
del síndrome de Down.

El acto se celebró en la sede
que tiene Naciones Unidas en
en la ciudad de Ginebra y allí
hablaron otros representantes
de personas con discapacidad
de distintos países del mundo.

También en estas jornadas
estuvo Natalia Pérez
profesional de Plena inclusión
y Carmen Laucirica
que es la presidenta de este
movimiento asociativo.

Ana habló ante los
representantes del Comité
de Derechos de las Personas
con Discapacidad para contarles
cómo Plena inclusión
consigue hacer grandes reuniones
más accesibles para todas
las personas.

Y como ejemplo puso el encuentro
de Plena internacional
celebrado en Sevilla
en Noviembre de 2022.

Ana Martínez nos cuenta
lo siguiente:

¿De qué temas se hablaron en el Congreso?

En el congreso hablamos
de comunicación fácil de entender
y qué pasa si la comunicación
no es fácil de entender.

Y hablamos de barreras que genera
la comunicación para las personas
con dificultades de comprensión,
como tenemos muchas personas
con discapacidad intelectual
y del desarrollo.

¿Qué temas te llamaron más la atención?

Me llamo la atención cuando Nathan
nos pidió a las personas con discapacidad
que diéramos nuestra opinión.

A la gente le costó mucho.

Hablaban sus familiares
al principio por ellos.

Y vi que hay gente que la mejor forma
para comunicarse
era a través de la danza.

Cuéntame un resumen de tu intervención
que has realizado en Naciones Unidas

Hablé del congreso
que tuvimos en Sevilla
y las pautas que llevamos
a cabo para que fuera accesible.

También hable de Plena inclusión
y de que nosotros también
somos quienes luchamos
por nuestros derechos.

Conté que la diferencia de idiomas
y la comunicación con Taiwán
no fue ningún problema
y que fue a través de video conferencia.

¿Cómo te has sentido en Ginebra?

En mi intervención
me sentí muy cómoda excepto
por las medidas de protocolo.

El primer día tuvimos
que el esperar por la acreditación
y fue un poco agobio
esperar tanto tiempo.

Fueron 45 minutos,
pero se nos hizo largo.
La organización del congreso
no tuvo la culpa, fue el protocolo.

¿Las intervenciones fueron accesibles?

Sí, pero las indicaciones
no eran muy accesibles para indicarnos
cómo llegar a las salas porque
no estaban traducidas ninguna
al español.